Un día, un grupo de soldados que iban en camino a Roma, para decirle al general que solo le quedaba conquistar Hispania.
Cuando
salieron a ir a Roma un de los soldados fue capturado por unos
hispanos. El romano cuando se despertó se dio cuenta de que estaba en
una cueva donde un grupo de hispanos vigilaban a los romanos para saber
cuando atacar o quedarse quietos. El romano intento escapar pero los
hispanos no le dejaron. Pero con el paso del tiempo, el romano se hizo
amigo de un hispano y ese hispano también era amigo del romano pero
hicieron un trato no contárselo a nadie y protegerse el uno al otro. Los
hispanos fueron a hacer un trato con los romanos.
El trato era devolverle el soldado a cambio de que los dejaran en paz.
Pero a los romanos les daba igual que se quedaran con un soldado.
Los hispanos se enfadaron mucho, los hispanos cuando llegaron a la cueva y le contaron a los demás todo lo que paso. El soldado lo escucho todo. El soldado mientras le contaban lo ocurrido aprovechó y se escapo y le dijo a su general que se marcharía a Roma. El soldado se dirigió a Roma.
Al cavo de 3 meses en Hispania los romanos por fin la conquistaron.
En Roma, el soldado amigo de un hispano, se hizo merecer la fama y gloria consiguiendo ascender hasta llegar a general de la Legión de Roma. El soldado, convertido ya en general se fue a Hispania con la orden de mantener el control y gobernar el territorio. Al cavo de 10 días se reencontró con su amigo el hispano.
El hispano tenía una herrería donde trabajaba. Tenía una esposa, dos hijas y un hijo.
El amigo se alegró mucho por verle feliz con su esposa y sus tres hijos.
El general también tiene esposa pero no tiene hijos, el aun sin tener hijos es muy feliz con su esposa. El general le propuso al hispano si quería gobernar hispania con el, el amigo le dijo que no porque el estaba bien con su herrería y su familia.
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